
Mientras él planeaba como hacer a Colette verdaderamente suya la situación con los países vecinos se volvió complicada. Habían algunas tierras ricas en recursos en el borde del país enemigo y era muy probable que ambos países en conflicto se destruyeran unos con otros debido a ellas. Lionel de verdad estaba ocupado.
El Rey inmediatamente quiso que los Caballeros del Dragon Negro fueran enviados. Lionel no quería dejar sola a Colette pero esta vez era algo serio y la seguridad y honor del Rey era algo que no podía descuidar.
Eugene, el capitán de los Caballeros del Águila Blanca estaba en contra de que los caballeros de Lionel fueran la falange principal para ser enviados a resolver el conflicto. Se quejaba constantemente de como le habían robado su “honor”, aunque no entendía muy bien a que se refería. Se estaba volviendo complejo seguir viendo a Colette.
Margo había visitado a Colette y recibió algunos chocolates de su parte pero ya que no habían podido reunirse hace bastante tiempo ella terminó regresando con sus invitaciones rechazadas. Colette pensaría que él la había olvidado si no era capaz de verla pronto.
Una tarde Margo regresó temprano de su visita a Colette.
“¿Ha pasado algo?” le pregunto a Margo.
“No lo se, tal vez alguien le ha dicho algo pero de pronto ella se volvió reacia a verme. ¿Tal vez ya no quiera estar con usted?”
La ira hervía en el corazón de Lionel. Colette no tenía permitido escapar de sus garras. Decidió entonces entrar silenciosamente en su habitación, eso ocurrió la noche que debía viajar hacia la expedición. Intentó entregarle el broche, pero Colette respondió:
“Lo siento, yo no puedo recibir algo tan costoso…”
Lionel pensó que solo estaba siendo cauteloso, así que prácticamente la obligó a que lo recibiera indicando que se lo devolviera a su regreso. Ya que debía irse pronto le pidió algo para recordarla. Ella le dio un mechón de cabello y rezó por su seguridad. Lionel estaba emocionado; decidió que definitivamente no iba a rendirse con ella. Colette era reluctante, sentía que ellos eran muy distintos en posición social, además estaba el problema de sus respectivos prometidos, pero a él no le importaban esas cosas y solo quería casarse con ella.
Cuando estaba disfrutando del cuerpo de Colette escucho que alguien se acercaba; quería que los encontraran para que todo el mundo se enterara de su relación, pero Colette se dio cuenta y se separaron una vez más. Casi había tenido la oportunidad de tomar su castidad pero ella lo había rechazado y lo envió de vuelta. Intencionalmente camino por el corredor y dejó que otra sirvienta viera su rostro. Le mostró su rostro desafiante, incitando a que lo divulgara a todo el castillo.
Sin embargo durante todo su tiempo fuera de palacio nadie escuchó rumores de él y Colette. Estaba comenzando a irritarse por el profesionalismo y el silencio que todos guardaban en el castillo. Durante aquella expedición sentía que moría por no poder estar con ella. La extrañaba demasiado pero ella nunca le había enviado una carta, no importa cuántas veces había revisado. El corazón de Lionel se llenó con una dolorosa sospecha; ¿Acaso ella ya lo había olvidado?… ¿Acaso siquiera lo extrañaba?
Tan pronto como quiso deshacerse de aquel dolor Lionel se volvió como un verdadero demonio. Rápidamente creó una alianza con el País vecino, derrotó a sus enemigos y terminó la guerra en tiempo récord. Lo único que tenía para resistir aquellos malos momentos era el mechón de cabello que Colette le había entregado.
Aún falta un mes para poder volver a casa. ¿De verdad ella lo había olvidado?, el pensamiento llegaba a su mente una y otra vez. Cuando al fin había podido regresar a palacio estaba tan ocupado que no habían podido reunirse. Ella sabía que él había vuelto ¿Por que aun no iba a visitarlo?
Fue entonces que el Rey Adrián le dijo: “Ya no puedo esperarte más, he decidido que tu boda se realizará dentro de seis meses”.
Habló entonces con el Conde Kariss para cancelar el compromiso, pero el Conde no quería que su hija se quedara sin un prometido. Ya no había nada más que Lionel pudiera hacer, excepto presentarle a Adrián a la mujer que amaba.
El sufrimiento en su corazón pronto se transformó en ira hacia Colette; pero ella era demasiado tierna. Ella no tenía sentimientos por él mientras que Lionel estaba desesperado por estar a su lado. Tal vez ella no quería estar con él a pesar de lo maravillosas que habían sido sus noche juntos, aun así no iba a dejarla escapar, no importaba como. Estaba dispuesto a usar todos los recursos que tenía a mano para mantenerla junto a él.
Decidió pasar a un plan de acción, al final del día solo él podría mirarla, no ese simple niñito que aún era su prometido.
El sabía muy bien que los caballeros del Águila Blanca patrullaban el castillo durante las noches, si enviaba por ella para que trajera de vuelta el broche, sería capturada e interrogada por Eugene, su comandante. El tipo tenía un inexplicable odio hacia Lionel y por lo tanto sería malvado con Colette, de esa manera ella vendría a pedirle ayuda. Por otro lado los caballeros del Águila Blanca eran perfectos para esparcir el rumor de sus amoríos con Colette.
Cuando ella apareció con lágrimas en sus ojos el corazón de Lionel estaba ardiendo de pasión y de una justificada ira, a pesar que él mismo había manipulado aquellos eventos. El comportamiento de Eugene era abominable. Aunque Colette lloraba por el mal rato que había pasado seguía pensando primero en él y en su posición. Su corazón ardía de amor por ella.
Lionel le contó una pequeña mentira para explicarse, después de todo no quería que ella lo odiara.
Ella le explicó que no lloraba por su culpa, que lloraba a causa de las horribles cosas que Eugene había dicho. El tampoco estaba feliz con ello, si Colette lloraba o reía debía ser por su influencia, debía ser por “su causa”.
Mientras sostenía a Colette pensaba en quitarle la ropa y volver a sentir su cuerpo, quería llenarla de la misma pasión que él sentía en su corazón y cuerpo. Sin embargo Margo ya le había advertido en una ocasión anterior:
“No puedes seguir durmiendo con ella sin hablar correctamente. Ella va a perder la confianza en ti, pensara que lo único que quieres es sexo y nada mas”.
Es por eso que hablé con Colette largo y tendido acerca de su compromiso, mientras ella lo escuchaba en silencio. La atmósfera era buena así que pensó en aprovechar su oportunidad, y le pidió matrimonio.
“Por favor cásate conmigo Colette. Yo removeré toda tu inseguridad y te protegeré con todo mi poder, con todo mi ser. Juro que te haré feliz. Quiero que estemos juntos”.
“… Eso es imposible” respondió ella.
Sintió que su alma se quebraba en ese mismo instante. Aun así el le dijo que la amaba pero ella explicó que su matrimonio estaba unido a una unión de negocios por su familia.
Lionel hizo su objetivo personal destruir este obstáculo, sin embargo intentar convencerla ahora sería un esfuerzo inútil. Colette se despidió de él y le dijo adiós para siempre pero él no iba a dejarla escapar.
Al atardecer el fue a su casa para hablar con su madre y explicarle que Colette sería su futura esposa. Ese mismo día él preparó su casa familiar para recibirla. Entonces contactó a los padres de Colette. Pidió una audiencia con el Rey quien ya había escuchado los rumores de su relación de parte de Eugene, estaba algo perturbado por que hubiera elegido a una plebeya para casarse, además de ser una simple sirvienta.
“Debería haber una mujer más distinguida para que te cases en lugar de una hija de simples costureros”.
“No, ella es a la que quiero. Mi corazón sabe que ella es la indicada”.
“Lionel, se que estas enamorado de esta mujer ¿Pero acaso no has pensado que tal vez estás siendo usado?” respondió el Rey.
“No es así, ella está muy consciente acerca de nuestra diferencia de estatus. Ha intentado dejarme en varias oportunidades pero yo no se lo he permitido. Todos los rumores que has escuchado han sido pensados por mi”.
“¡Vamos!, ser dependiente de tan solo una mujer no es divertido. Estoy preocupado por esta chica, tal vez deberías dejar que la vea primero”.
“¡Si claro!” respondió Lionel.
Como si fuera a dejarlo… Él conocía muy bien a su “amigo”. No dejaría que nadie le quitara la virginidad a su amada Colette, la embarazara o se casara con ella. Adrián tal vez era un buen Rey pero no podía confiarle la santidad de ninguna mujer. Definitivamente no quería dejar a solas a Colette con Adrián. Lionel decidió que debía consumar su relación con ella lo antes posible.
Lionel habló con la supervisora de las sirvientas para dejar que Colette terminara su contrato antes de tiempo. Entonces volvió a las barracas y se puso su uniforme ceremonial. De acuerdo a sus agentes Colette sería retirada de sus funciones tan pronto como terminara de hablar con la Reina.
Tenía a su personal listo para salir en cuanto diera la orden. Prácticamente todos los miembros de su escuadrón decidieron acompañarlo. Necesitaba que subconscientemente ella terminara en sus brazos; si dejaba a la naturaleza seguir su curso nada cambiaria y nada comenzaría. Lionel estaba harto de esperar, había encontrado a una mujer que no le temía, que lo amaba a pesar del miedo y del distinto estatus social. Solo era asunto de casarse con ella, asegurarse de que fuera suya para siempre.
La llevó entonces de vuelta a casa de sus padres. En el camino las personas del pueblo los observaban pasar. Cuando el odiado “prometido” y su padre llegaron Lionel rápidamente expuso sus traiciones y perversiones. El padre de Matthew se volvió loco pero eso ya no importaba, lo hecho “hecho” estaba.
Pero entonces Colette decidió calmadamente hablar con Matthew en privado. Lionel casi escupe sangre al escuchar aquello. Estaba ardiendo en celos, pero no quería que ella lo mirara como si fuera un pequeño y miserable hombre por lo que intento ser magnánimo. Debía resistirlo.
Ambos hablaron largo y tendido felizmente, después de todo eran amigos de la infancia. Colette entendió a Matthew fácilmente. Aquello era algo que ellos no tienen en común: una amistad anterior.
Pero también era cierto que ellos se habían conocido desde pequeños y que se entendían debido al haber crecido juntos; justo como él y Adrián.
La única diferencia entre ellos y Adrián era que este era un Rey y Lionel solo era un vasallo. Además Colette y Matthew eran mujer y hombre respectivamente, tenían muchas memorias agridulces juntos. Lionel hervía en celos pero no había nada que pudiera hacer.
Finalmente Matthew se dio cuenta cómo es que Lionel se acercó a Colette originalmente. Lionel estaba furioso y rápidamente se la llevó hasta su residencia privada.
No podía hacer nada acerca de lo que ambos habían conversado pero aun así quería saber si ella aún tenía algún sentimiento por aquel hombre que la había engañado, esto ya que consideraba su personalidad fácilmente influenciable.
Aun así Lionel mantuvo su boca cerrada ya que no quería parecer miserable o posesivo, así que decidió simplemente robar su virginidad.
Después de cumplir su objetivo apasionadamente le contó a Colette acerca de los deseos de su majestad en cuanto a que ella debía convertirse en la nodriza de su primer hijo, esto hizo que ella colapsara.
Pasó un largo tiempo asegurando que todo estaría bien. Converso con ella suprimiendo sus deseos de tocarla:
“El primogénito de su majestad tendrá el derecho al trono ya sea hombre o una mujer, es por esto que debe ser criado con todo el amor y cariño que sea posible”.
“¡Eso es imposible!, yo solo soy una plebeya, no puedo estar calificada para criar al futuro Rey o Reina”.
“Yo también ayudare, solo dime que necesitas y moveré cielo y tierra para hacerlo realidad” le aseguro Lionel.
Colette se quedó en silencio pero lo miro avergonzada.
“¿Qué ocurre Colette?”.
“Bueno… No quiero que pienses que he sido engañada…”
“Vamos, explícate” le apresuró Lionel.
Con algo de nerviosismo Colette le explicó: “Que pasaría… Que ocurriría si su majestad está interesado en mi… ¿Me protegerías?. No estoy seguro de que ocurra pero la Reina estaba preocupada por ello…”.
Lionel se sentía aliviado; a fin de cuentas ella había confirmado el mismo temor que Lionel sentía. La abrazó y le dijo:
“Me asegurare que nada de eso ocurra”.
“¿Pero qué tal si él te lo ordena?”.
“Ah, en ese caso todo nuestro grupo de amigos se lanzaría encima de Adrián, además por supuesto que yo rechazaría una orden así”.
“… Escuchar eso me hace sentir más aliviada” respondió Colette.
Lionel volvió a abrazarla fuerte. En realidad estaba preocupado de que la Reina se sintiera amenazada por su presencia.
“¿Aún estás preocupada acerca del bebé de la familia real?” pregunto Lionel.
“Esta bien… Creo. Solo estaba preocupada de cometer una gran equivocación que fuera imposible de solventar…”.
“Me asegurare que nada de eso ocurra Colette, y si llegara a pasar algo yo asumiré toda la responsabilidad”.
Quería que ella se sintiera segura y nunca estuviera ansiosa. Colette levantó su mano y acarició su rostro.
“¿Pero no será mucha presión para ti?”
“¿Por qué lo dices?” respondió.
Lionel no dijo nada mas, así que Colette pregunto:
“Cuéntame acerca de tu infancia con su majestad… Debe haber sido complicada”.
“Cuando éramos jóvenes eso no era un problema. Incluso ahora está bastante bien, claro que hay ocasiones en las cuales debo estar alerta pero usualmente él es bastante tranquilo”.
Colette quería escuchar acerca de su infancia, el suprimió sus deseos de poseerla nuevamente y comenzó a relatarle algunas historias de su niñez y como había crecido, además de algunos relatos sobre su amistad con Adrián.
Lionel también le pidió a ella que le relatara algunas historias acerca de su infancia. Quería saber todo acerca de ella. Y así pasó largo rato hasta que la luz del amanecer comenzó a llenar el cuarto. Lionel estaba sujeto a una dormida Colette aunque sus impulsos de abrazarla y hacerla suya nuevamente eran fuertes.
“Deberías dormir un poco” le dijo, “No debería haberte contado tantas cosas”. Ella dio una pequeña risotada:
“Me gusto mucho poder hablar contigo de esta manera, nunca habíamos hablado tanto…”
Lionel ya no podía aguantar la duda en su corazón y pregunto.
“¿Aun estas enamorada de ese prometido tuyo?, incluso aunque sea así yo no te dejaré ir. Debes olvidarlo todo acerca de él…”
Colette le dio una sonrisa entre dormida y le dijo suavemente:
“Lo quiero como a un hermano, no es alguien con quien me hubiera gustado casarme. Definitivamente no me casaría con Matthew”.
“¿De verdad?” preguntó Lionel emocionado. Su corazón estaba cantando de alegría. Colette le respondió:
“Somos demasiado similares y cercanos uno con el otro. Habría sido muy fácil ser manipulados por influencias externas y nos habríamos odiado por no tomar la iniciativa para evitarlo. Prefiero estar con alguien fuerte como tú Lionel…” le dijo antes de quedarse dormida.
Lionel se relajó a su lado mientras la abrazaba. Sentía que ahora tenía su permiso para permanecer a su lado y cuidarla para siempre.
Mientras pasaban más tiempo juntos como pareja, se conocieron mas y mas y se volvieron muy cercanos uno con el otro. Ella hablaba cada vez mas cómoda con el. Lionel no podía esperar para ver lo que les deparaba el futuro.
Esa noche se acomodó más cerca de la espalda de Colette y se quedó dormido, soñando al fin con una feliz vida junto a ella.
Fin
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