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MCER- 45 La dama y la verdad

30/01/2021

¿Cuánto tiempo había estado llorando? Quizás, no fue tan largo como pensaba. Si seguía llorando así, probablemente se secará algún día.

Eso sería bueno…

Mejor aún, quería secarse y convertirse en cenizas.

Porque entonces Iris no vería si Ernest se casaba con alguien a quien amaba de verdad. A diferencia de ella, sería una novia feliz que sería amada genuinamente, nunca se sentiría triste, sufriría o deprimiria.

Oh, pero eso es correcto. Aún quedaba su trabajo de encaje; Las comisiones estaban completas y listas para ser entregadas. Sobre todo, había gente ansiosa por ver sus creaciones. No podía permitirse el lujo de secarse.

Iris sonrió con lágrimas en los ojos y hundió el rostro en las rodillas.

En ese momento, escuchó que la puerta se abría.

-Iris, ¿estás aquí?-

El cuerpo de Iris se puso alerta ante la voz familiar de su amado.

Para ser honesta, no esperaba que él viniera a buscarla. No podía imaginarlo corriendo por ahí buscándola después de perder su amor por ella. Pero él estaba aquí ahora, y ella tenía miedo de lo que iba a decir. Si le decían cara a cara que no tenía derecho a estar allí, no sabía qué haría.

-Recordaste cómo llegar aquí…- dijo Ernest en voz baja en contra de las expectativas de Iris.

¿Cuál fue su expresión? Quería verlo, pero el miedo se apoderó de ella.

Ernesto no se desanimó; se acercó a Iris, que estaba acurrucada en el sofá.

-Eres muy inteligente por haber aprendido a entrar después de una visita-. Dijo con una pequeña risa. Podía escuchar sus pasos acercándose.

Dios mío, Ernest… parecía que recordaba todo lo que pasó mientras estaba bajo los efectos de la poción de amor. Recordó haberla traído aquí. Si es así, recordaría haber tomado la primera vez de Iris.

Sus pasos se detuvieron cerca de Iris. Ella se puso rígida. Podía oír el susurro de su ropa.

-Iris, quiero que te cases conmigo-.

Ernest era un tonto.

-No, no es necesario-. Dijo ella entre lágrimas.Su amor por ella desapareció cuando ella le dio el antídoto. Habría sabido por Leticia al revelar la historia de la poción de amor que había estado bajo sus efectos. Sería imposible para él no estar enojado.

-¿Y si te dijera que te amo, de verdad?-

Todavía estaba tratando de asumir la responsabilidad; estaba tratando de darle ternura a Iris como si la amara.

-No, no puedes hacer eso…-

No tenía que decirle que la amaba. Para él, ella tenía que decirle que no.

Sin embargo, era profano negarse. Iris sabía que tenía que ser castigada por darle al Rey una poción de amor. Ernesto parecía simpatizar, pero como Rey, no podía permitirse ser tan misericordioso.

-Ahora lo sabes todo, ¿no? Luego…-

Las lágrimas se desbordaron y su garganta estaba dolorida por la emoción. Aun así, respiró hondo y continuó,

-Aceptaré cualquier castigo… ejecución…(

Pagará por sus crímenes. Se preguntó cómo le iría a su familia, pero estaba segura de que Matthias se ocuparía de ello. La responsabilidad de no poder gestionar a Leticia debe ser asumida por Matthias. Aunque pensaba que Iris era una hermana pequeña terrible.

-¡¿Ejecución?!- Ernesto rugió: – No digas cosas tan estúpidas; eso es como matarme y decirme que muera-.

-¡No puedes tener ninguna simpatía por mí!- Dijo en voz alta levantando la cara, olvidando que estaba empapada de lágrimas. Sus ojos de color púrpura oscuro se abrieron hasta el límite ante lo que vio,

-¡¿Qué-qué estás haciendo?!-

Ernest estaba arrodillado en el suelo ante Iris. Iris saltó del sofá y trató de levantarlo. El rey del país no debe inclinarse ante los demás.

-¡Ernest-sama! ¡Por favor, detén esto! ¿Por qué haces algo como esto?-

-Lo siento, Iris. Yo fui quien te atrapó-.

-¿Eh?-

Ella no podía comprender lo que estaba diciendo. Ella fue quien lo atrapó, no al revés.

Ernest la miró con expresión grave, Iris estaba desconcertada.

-La poción de amor eran solo dulces solubles. Se los di a Matthias para que te los entregue-.

-Espera, ¿qué estás diciendo?-

-Yo te quería. Quería meterte en una situación de la que no puedas escapar-.

¿Qué le estaba diciendo? Iris no tenía idea. Aun así, las lágrimas caían por su rostro y su corazón estaba expectante.Ernest miró hacia arriba y extendió la mano para limpiarle las lágrimas con el pulgar.

-Esa noche, no estaba bajo la influencia de ningún tipo de poción de amor cuando te tomé. Era lo que quería; Quería hacerte mía – .

Pero eso no puede ser correcto.

Sin embargo, estaría feliz si fuera verdad.

-Iris, por favor, perdona mi estupidez-. Dijo mirándola a los ojos violetas.

Mirándolo a los ojos dorados, preguntó: – ¿Por qué? ¿Por qué harías tal cosa?-

-Porque te amaba. Sólo a ti-. Respondió mientras trataba de secarse las lágrimas con los dedos, pero las lágrimas eran demasiadas, aún corrían por su rostro.

Sostuvo su rostro húmedo en sus grandes manos y presionó sus labios contra su ceja.

-Te amo –

El Repitió

-Estás mintiendo-.

(¿Por qué mentiría? De verdad te amo.-

-¿Cómo?-

-Hace un año, te vi llorar y capturaste mi corazón. –

Ernest besó las lágrimas de Iris. Tomando su mano, se levantó del suelo.

-Hace un año…-

¿Qué significaba eso? Parecía que había muchas cosas que ella no sabía. Sus ojos estaban llenos de ansiedad. Pero su corazón estaba lleno de esperanza.

Ernest sostuvo firmemente a Iris como si quisiera aliviar su ansiedad, la atrajo hacia la ventana. Más allá de las grandes ventanas estaba la glorieta en la que había llorado no hacía mucho. Allí, Ernest sacó una caja de un cajón debajo de la ventana. Abrió la tapa, sacó los artículos del interior y los colocó en la parte superior.

-Iris, ¿te acuerdas de estos adornos y zapatos?-

El adorno para el cabello con piedras de color rosa pálido que parecen flores de cerezo y bonitos zapatos del mismo color. Ambos estaban sucios y rotos. En el momento en que los miró, algo se le vino a la memoria.

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